Simple de preparar, económica y nutritiva, esta tarta es ideal para quienes buscan una comida liviana sin resignar sabor. Con masa comprada o casera, esta tarta es un plato infaltable en la cocina del día a día.
Entre octubre y marzo, los zapallitos están en su mejor momento (¡y económicos!) y se pueden preparar de distintas maneras. Una de ellas es esta tarta donde, combinadas con otros ingredientes, resultan en un plato práctico y rico para compartir en familia. Para evitar que la base quede húmeda, se puede prehornearla unos minutos antes de agregar el relleno. Esto le dará una textura más crujiente y una mejor presentación.
Ingredientes para la masa
- 100 g de manteca blanda
- 1 yema
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharadas de agua
- 1 1/2 taza de harina
- Tartera enmantecada
Ingredientes para el relleno
- 50 g de manteca
- 1 cebolla grande
- 4 o 5 zapallitos
- 200 g de jamón cocido en fetas
- 1/2 taza de queso rallado
- 3 huevos
- Sal, pimienta y nuez moscada, a gusto
Preparación
Paso 1
Cortar los zapallitos lavados en tajadas finas. Reservar. Picar la cebolla. Reservar. Derretir la manteca en una sartén y rehogar la cebolla picada. Agregar los zapallitos y saltearlos hasta que estén bien tiernos. Salpimentar y escurrir.
Paso 2
Tamizar la harina sobre la mesa y agregar la sal. Formar un hueco en el centro y colocar la manteca, la yema y dos cucharadas de agua. Unir los ingredientes del centro e ir incorporando la harina hasta obtener una masa lisa y tierna, que no se pegotee.
Paso 3
Estirar con palote el bollo dejando la masa fina. Forrar con la masa la tartera, enmantecada y enharinada. Recortar los bordes excedentes. Cubrir el fondo de la masa con el jamón cocido picado y reservar.
Paso 4
Agregar los zapallitos salteados, el queso rallado y los huevos. Salpimentar. Extender sobre el jamón cocido.
Paso 5
Cocinar en horno caliente hasta que se dore la masa.
Tips
Los zapallitos contienen mucha agua, por lo que una vez cocidos, hay que dejarlos escurrir en un colador antes de agregarlos a la mezcla del relleno.
Para una alternativa más liviana, hacer la tarta sin masa, horneando directamente el relleno en una fuente enmantecada, como si fuera un budín o un soufflé.