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      Arquitectos, ¿estrellas o de un equipo?

      Una serie de columnas de opinión reavivaron un debate siempre vigente dentro de la profesión.

      Arquitectos, ¿estrellas o  de un equipo?CLAIMA20140618_0338 ZAHA HADID. Para la arquitecta, el "mundo no es un rectangulo".

      La imagen del arquitecto encerrado, torturado y solo, obsesionado por darle la forma perfecta a su diseño coloca a la profesión en la misma esfera que los artistas: genios autónomos capaces de resolver todas las complejidades de un proyecto a base de su talento. Frente al poder de esta mística, la postura de enfrente, aquella que entiende a la profesión más como una disciplina colectiva que forma parte de un proceso colaborativo, quedó en desventaja y le costó (le cuesta) encontrar un punto de apoyo. Este debate, que sin duda se agudizó en los últimos años a raíz de la complejización de los edificios y los encargos, sumó un nuevo capítulo a partir de una serie de notas de opinión publicadas en las últimas semanas.


      El debate comenzó con un artículo del urbanista y docente Witold Rybczynsk llamado "El franquiciado de la Arquitectura". La cuestión central de su postura era que la globalización ha llevado a que ciertos arquitectos trabajen alrededor del mundo, muchas veces sin conocimiento de las tradiciones y particularidades de la ciudad en la que sus obras se insertan. "La arquitectura es un arte social, no personal; un reflejo de la sociedad y sus valores antes que un medio para la expresión individual. Es un problema que la tendencia actual sea la de generar franquicias, particularmente aquellas que se forman en torno a los trotamundos: Renzo, Rem, Zaha y Frank", argumenta. Rybczynsk instala la posibilidad de una nueva dicotomía, arquitectura estrella versus arquitectura local. En ese sentido, compara el Museo Guggenheim en Bilbao con el Disney Concert Hall de Los Angeles, ambas obras de Frank Gehry. Si bien el edificio español le parece que una gran obra, es el Concert Hall el que pasará a la historia como el gran legado de Gehry, simplemente porque "conoce y entiende mejor Los Angeles que Bilbao". "En un mundo donde la música, las películas, la moda, la tecnología y hasta la cocina se vuelven globales, a lo mejor es fútil esperar que la arquitectura sea la excepción. Pero si no fortalecemos el talento local, terminaremos con recargados parques temáticos, orquestas donde los mejores intérpretes son siempre invitados y compañías de ópera formadas solo por divas", finalizó.


      A partir de allí, la discusión se disparó por múltiples foros. En su sección "Lugar para debatir", el diario The New York Times organizó una serie de cuatro notas en torno a la pregunta: "¿Los arquitectos estrella están arruinando las ciudades">