¿Alguna vez escuchaste hablar de los registros akáshicos?, ¿alguien te contó que “le abrieron” los registros?, ¿sabés de qué se trata? Los registros akáshicos forman un concepto espiritual y esotérico que plantea la existencia de una gran fuente de información del universo. Dicho de otro modo, se cree que esos registros albergan “archivos energéticos” sobre todas las almas que han existido, como un gran repositorio cósmico.
Antes que nada, vale destacar que, como ocurre con varias disciplinas esotéricas, los registros akáshicos no cuentan con ningún aval científico ni ninguna prueba empírica que acredite su existencia. Aun así, algunas personas consideran que se trata de una práctica espiritual profundamente significativa en sus vidas.
Otro aspecto importante para comprender en qué consisten lo encontramos en el origen de su nombre. El concepto se remonta a la palabra “Akasha”, un vocablo de la antigua lengua sánscrita cuya traducción más cercana sería “éter”, “cielo” o “espacio”. La cosmogonía védica lo consideraba a menudo el quinto elemento.
¿En qué consiste una lectura de registros akáshicos?
La maestra de reiki y registros akáshicos Patricia Partesano (en Instagram @guadalupanasoficial) explica a Clarín que el término 'Akasha' puede entenderse como “una energía vibracional que contiene toda la información de nuestras vidas y nuestra alma”.
Partesano, quien ha practicado esta disciplina durante años, señala que la lectura de los registros akáshicos es una herramienta espiritual que ofrece mensajes y energías sagradas para apoyar nuestra evolución personal. Asimismo, aclara que la finalidad de esta práctica no es predecir el futuro.

La persona que canaliza los registros, el guía, funciona como un puente y transmite los mensajes sin interferir en su contenido, pero siempre de la mejor forma posible, indica la experta. Por eso, ella sugiere que las personas que quieran consultar sus registros tengan cierta idea de los interrogantes que les gustaría responder y que tengan en claro por qué motivo desean “abrir esos registros”. No se pueden abrir los registros a una tercera persona.
La lectura empieza cuando quien abre los registros solicita asistencia a los seres de luz y maestros espirituales mediante una oración sagrada y “pide permiso” para abrir los registros de la persona consultante.

Partesano agrega que la información que se recibe en los registros akáshicos no es ni un mandato ni una imposición. Solo funciona como una orientación hacia determinados temas y dudas que la persona haya planteado antes.
Según la especialista, el propósito fundamental de hacer una lectura está en “lograr poco a poco una conciencia superior, aprender a conectar mejor con otros, reconectarnos con nuestra propia historia y también entender nuestras limitaciones”.
Al igual que tantas disciplinas que promueven el autoconocimiento y la evolución personal como la astrología, el tarot o la numerología, lo que cada quien decida después de la lectura dependerá enteramente de su voluntad.
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