Después de un noviazgo conflictivo, una amiga anuncia en el grupo de WhatsApp que se va a casar. Enseguida se abrió un chat paralelo con la noticia. Yo me equivoqué de grupo y en el que estaba la amiga en cuestión puse: "Hay que ser muy pelotuda para casarte con alguien que te complica la vida". En ese momento todavía no existía la opción eliminar mensajes.
Le pedí disculpas por privado, le expliqué que me preocupaba por ella, y es tan buena y dulce que no se ofendió.
Vivimos en modo multitasking. Y en tiempos de hiperconectividad la comunicación se hace muy compleja. En los grupos de WhatsApp vemos todo lo difícil de la comunicación, todos los equívocos y vicios de los seres humanos.
Somos seres sensibles, y doy gracias por eso. Pero en estos tiempos de dopamina en exceso y satisfacción inmediata los niveles de hipersensibilidad han aumentado a extremos complejos de manejar.
Mica abandonó el grupo
Con esa noticia amanecieron las mujeres que forman parte del grupo de egresadas 2002.
¿Qué pasó con Mica? Atando cabos descubrieron el misterio. Mica se casa por segunda vez y el grupo estaba organizando un festejo sorpresa.
Sole se equivocó y lo que debía consultar en el chat paralelo bautizado "Mica se casa" lo preguntó en el general: "¿a qué hora nos reunimos?". Era una reunión por Zoom para organizar la despedida.
La novia leyó el mensaje de Sole y su mente (con la herida del rechazo fresca por historias no resueltas) sintió y decodificó : "Se reúnen sin mí, me dejan afuera. No me quieren. Me voy". Y apretó el botón de salir.
Sole se hizo cargo y llamó a Mica para explicarle lo que pasaba y por supuesto la fiesta sorpresa dejó de ser tal.

Combate y fuga
¿Qué nos pasa a los seres humanos? ¿Por qué es que dejamos de tener esa posibilidad de sencillamente hablar de lo que nos pasa">