La FIFA cambió su código disciplinario para frenar los casos de racismo: sanciones fuertes y riesgo de descenso

Apenas unas horas después de que el mediocampista paraguayo Damián Bobadilla fuera acusado por el defensor venezolano Miguel Navarro de proferirle un insulto xenófobo durante el partido entre São Paulo y Talleres por la Copa Libertadores, la FIFA modificó su Código Disciplinario (CDF) e incluyó una serie de actualizaciones orientadas, según explicó, a contrarrestar el comportamiento discriminatorio tanto dentro como fuera del campo.

A través de la Circular N° 1934, fechada el 28 de mayo en Zúrich, donde se encuentra su sede, la casa madre del fútbol mundial hizo llegar a todas sus federaciones afiliadas la edición 2025 del CDF, que regirá a partir del domingo 1 de junio, que modificará el procedimiento a seguir en caso de que se produzca una conducta discriminatoria durante un partido y también endurecerá las sanciones por esa clase de conductas.

Los cambios más relevantes están plasmados en el artículo 15° del CDF. Si bien en su título se hace referencia a “agresiones racistas”, su alcance es mucho mayor. De hecho, en su acápite 1 se aclara que las medidas allí contempladas se enfocan en todas las conductas “discriminatorias o vejatorias por motivos de raza, color de piel, origen étnico, nacional o social, género, discapacidad, orientación sexual, lengua, religión, posicionamiento político o de cualquier otra índole, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o por cualquier otro estatus o razón”.

En el nuevo CDF se establece que si se produce una agresión discriminatoria por parte de uno o varios espectadores durante un partido, el árbitro deberá aplicar el procedimiento de tres niveles de la FIFA, que le permite interrumpir el juego, suspenderlo de manera temporal y, en caso de que la situación no pueda resolverse, suspenderlo definitivamente.

Si un futbolista, un integrante de un cuerpo técnico o un miembro del equipo arbitral sufre una agresión de este tipo durante un encuentro, podrá informarlo al árbitro principal, quien interrumpirá el juego para que los responsables del club o la federación miembro anfitriones, o la autoridad organizadora desplieguen el personal necesario en el sector del estadio donde se produjo la agresión para ponerle fin. La persona atacada podrá exigir que los agresores sean expulsados del estadio si es posible identificarlos.

Si los agresores no pueden ser expulsados y reinciden en su conducta, el árbitro podrá suspender el juego hasta que las agresiones cesen. Si ello no sucede, el juez podrá suspender definitivamente el encuentro. En este caso, se le dará por perdido el partido al club o federación miembro responsable.

A su vez, la FIFA incrementó las multas que deberán abonar los clubes o las federaciones cuyos simpatizantes incurran en comportamientos discriminatorios, sin importar si dichos clubes o federaciones pueden demostrar que no tuvieron responsabilidad en los hechos ni tuvieron una conducta negligente: las sanciones económicas serán de entre 20.000 francos suizos (24.200 dólares) y 5 millones de francos suizos (6,04 millones de dólares).

Además de las multas, los clubes o federaciones podrán recibir otra clase de sanciones como la disputa de un partido con un número limitado de espectadores, la disputa de uno o más partidos a puertas cerradas, la prohibición de jugar en un estadio determinado, el descuento de puntos, la exclusión de una competición o el descenso de categoría.

El nuevo CDF también establece que las federaciones miembro y los clubes deberán adoptar las medidas necesarias para prohibir el ingreso a los estadios a toda persona que haya sido acusada o declarada culpable de haber cometido una agresión discriminatoria contra un jugador, un miembro de un equipo arbitral o un integrante de un cuerpo técnico a través de las redes sociales o en cualquier otra plataforma digital o medio de comunicación escrito.

Además, la FIFA se reserva el derecho de apelar ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) las decisiones en casos de agresiones discriminatorias, así como de intervenir en los casos en que una federación miembro no investigue adecuadamente los incidentes vinculados con agresiones discriminatorias ni procese a los infractores.

Estas actualizaciones normativas deberán ser incorporadas a los reglamentos disciplinarios internos de las 211 federaciones que integran la FIFA a más tardar el 31 de diciembre de 2025.