A Riquelme le llegó la hora de la autocrítica

El presidente de Boca, el máximo ídolo de la historia del club, está tocado. Se fue todo al diablo con la derrota ante Independiente por los cuartos de final del Torneo Apertura y Boca no tiene consuelo: perdió con Alianza Lima y no juega copas, sigue sin clasificarse a la Copa Libertadores y tampoco será campeón del Apertura. El próximo rival por un torneo oficial será el Benfica, por el Grupo C del Mundial de Clubes (el 16 de junio, en Miami) y -por el momento nada- en el horizonte hace pensar que Boca puede dar un golpe en la mesa en Estados Unidos.

Llegó la hora de la autocrítica para Riquelme y el Consejo de Fútbol. Estos son los jugadores que ellos eligieron. Y lo cierto es que no tienen feeling con la gente y generan impaciencia. ¿Qué número y apellido le estamparía un hincha ahora a la camiseta azul y oro? Pero lo más preocupante es que no muestran nivel para jugar con la camiseta de Boca. Frente a Independiente, Boca jugó como exige la gente: puso huevos y se "movió". Pero con eso no alcanza, Boca necesita juego. Y en este momento no parece haber ni un jugador capaz de pedir la pelota y mostrar cuál es el camino.

También será necesario revisar cuál es el proyecto futbolístico que quiere Román para Boca. Eligió a Fernando Gago y lo sacó de una patada tras el pobre partido que el equipo hizo en la cancha de River (Boca perdió con los tres grandes que jugó: Racing, el Superclásico y ahora con Independiente). Ya pasaron 7 entrenadores desde que Riquelme es dirigente y está a cargo de las decisiones del fútbol profesional de Boca. Y no parece dar en la tecla. Encima el candidato con el que coqueteaba, Gabriel Milito, mandó a decir a través de su representante que rechazará cualquier oferta por sentirse muy identificado con Independiente.

La gente explotó y ahora el consuelo es que el equipo no volverá a jugar en la Bombonera hasta el Clausura. Porque los pasacalles que aparecieron antes del partido y la campaña comunicacional en las redes sociales fueron un paliativo para unir a los hinchas después de que un sector de la platea mandara a "la comisión a la puta que lo parió" durante el partido ante Lanús, por los octavos de final. Este lunes en la Bombonera volvió a abrirse la grieta entre la platea media y la popular, donde se ubica la 12. Los abonados gritaron contra los jugadores y otra vez le apuntaron a "la comisión" que encabeza Román. Y desde la segunda bandeja cantaron que a Boca se lo sigue a donde va "en las buenas y en las malas mucho más".

Pero el escenario para Riquelme es desolador y parece estar quedándose sin sus balas de plata. Sin un líder claro en el plantel (Marcos Rojo no jugó y la gente ya no lo quiere), sin un entrenador y con la gente dividida, el 2025 de Boca parece estar muy lejos de lo que se pretende para el equipo más popular del país y con uno de los presupuestos más altos del fútbol argentino.

El Independiente de Julio Vaccari puso las cosas en su lugar. Fue el duelo entre un equipo que sabe a qué juega contra otro que no tiene rumbo ni timonel a la vista y cada jugador rema como puede, pero sin coordinación ni fuerza. Como mascarón de proa quedó ahora Riquelme, buscando tierra para descansar antes que lo manden al carajo.