Mitad de semana gris. El día no le hace justicia a la imperdible vista hacia Puerto Madero desde el piso 14 de la Torre BBVA, en el Complejo Catalinas, en pleno centro porteño. Allí funcionan las oficinas de Michael Page —consultora internacional especializada en el reclutamiento de profesionales— que por estos días están convulsionadas por la visita de Rémy de Cazalet, ejecutivo con más de una década en la compañía. No es la primera vez que visita Argentina, pero sí la primera en su nuevo rol como Regional Managing Director (Latam) de PageGroup.
En las oficinas de la avenida Córdoba, De Cazalet recibe a Clarín bien custodiado por Miguel Carugati, Managing Director para Argentina y Uruguay. Ambos ejecutivos hablan de su trabajo con pasión: “Nuestro propósito es espectacular porque cambia vidas”, dicen casi al unísono, mientras enumeran los cambios que ha atravesado el mundo del headhunting (el negocio de los cazatalentos) en los últimos 20 años.
“Para reclutar a una persona necesitás tiempo: conocer al candidato, entrevistarlo, entender previamente las necesidades del cliente”, señala De Cazalet. Carugati agrega: “Lo que cambió hoy es que la demanda se volvió mucho más selectiva. Por eso invertimos más horas en comprender mejor a ese cliente y en conocer al candidato”.
Para los ejecutivos de Michael Page, "Argentina es un semillero de talento", con profesionales muy bien preparados y adaptables. La clave del éxito local está cimentada, según la mirada de los expertos, en esa "resiliencia" tan argenta. La flexibilidad local es uno de los grandes puntos clave entre talento y compañía a la hora de hacer match, pero no es lo único que importa. A la vez, hay otras variables que los distancia.
El último informe Talent Trends 2024 revela una significativa brecha de expectativas entre empleadores y profesionales en Argentina, especialmente en áreas clave como salarios, flexibilidad laboral e inclusión. Para el estudio 2025, que se publicará en los próximos días, se anticipa que los talentos esperan de las compañías mayor claridad y transparencia en sus políticas salariales, de género y de diversidad.

—¿Es muy amplia la brecha de expectativas entre las empresas y lo que buscan los talentos?
Rémy de Cazalet (RC): Sí, y es muy clara. Las empresas atraviesan momentos de gran incertidumbre, con dificultades en las ventas, ajustes de personal, presión por lograr eficiencia y cumplir objetivos. Muchas están considerando volver a la presencialidad total, mientras otras reorganizan sus estructuras. Hoy hay poca visibilidad.
Miguel Carugati (MC): Del lado de los empleados, la realidad es muy distinta. Los trabajadores priorizan la calidad de vida, el equilibrio entre lo personal y lo profesional, y mayor flexibilidad. Hoy las expectativas están desalineadas, y por eso es tan difícil lograr un buen match entre candidatos y empresas.
—¿Qué están mostrando los resultados del estudio local?
—MC: Estamos ajustando los resultados de un estudio reciente que realizamos en Argentina —que saldrá este mes—, pero ya se observan patrones muy claros: las empresas buscan compromiso, adaptabilidad y capacidad de colaborar en entornos mixtos. Los talentos, en cambio, valoran la flexibilidad, el propósito de la compañía y la calidad de vida.
—¿Cómo se traduce el reconocimiento más allá de lo salarial?
—RC: Con gestos concretos: que los líderes escuchen, que desaparezca la jerarquía para generar cercanía, con programas de incentivos y agradecimientos públicos. Son formas de fortalecer la conexión emocional.
—MC: En un país tan cambiante como Argentina, lo que se busca un año no es lo mismo que se valora al siguiente. Tuvimos años donde lo más importante era cuánto aumentaba el sueldo y con qué frecuencia. Hoy, con una inflación algo más estable, vuelven a pesar otros factores.
—¿Cómo está hoy el mercado laboral en Argentina?
—MC: Este año el mercado de profesionales volvió a moverse. El año pasado estuvo bastante quieto: las empresas buscaban poco y los profesionales dudaban mucho en cambiarse. Ahora hay más movimiento, más confianza, y eso da señales de un clima más optimista. El “mercado de pases” empieza a reactivarse.
—¿Sigue habiendo escasez de talento o mejoró?
—RC: Sí, todavía hay escasez, aunque depende mucho del tipo de puesto. Hay faltantes en posiciones nuevas y también pesa la incertidumbre: muchas personas no quieren moverse de donde están por temor a perder su trabajo. La tensión comercial y el contexto internacional —como la guerra en Ucrania— también influyen en este momento complejo.
—MC: Hay escasez en ciertas posiciones, muchas veces vinculada a un déficit de formación. Algunas profesiones están más de moda que otras, y ciertos roles evolucionan rápidamente. La adopción de tecnologías avanzadas genera una demanda constante. Hoy hay mucha demanda de perfiles técnicos y todavía no estamos formando suficientes profesionales. Esto crea una brecha, especialmente en sectores como recursos naturales (petróleo, gas, litio), donde la falta de personal calificado se empieza a sentir.
—¿Qué pasa con el talento argentino que está en el exterior? ¿Quiere volver?
—MC: Una Argentina más estable permite pensar en repatriar talento. Hay muchos argentinos afuera que desean regresar, y a medida que las variables macroeconómicas, políticas y sociales se ordenen, veremos un panorama más optimista. Desde octubre-noviembre del año pasado hasta el primer trimestre de este año, notamos una gran apertura de ejecutivos dispuestos a escuchar nuevas propuestas. Los argentinos —y en general los latinoamericanos— tienen un fuerte vínculo con la vida social: familia, amigos, afectos. Cuando se van, priorizan la carrera o el aspecto económico, pero al pensar en volver, lo social gana protagonismo. Si hay estabilidad económica, es posible proyectar carreras profesionales competitivas también en términos salariales, lo que hace más atractiva la vuelta.
-¿Somos un semillero de talento o es solo una percepción?
—RC: Te lo confirmo: sí, Argentina es un verdadero semillero de talento. Veo argentinos trabajando con éxito en todo el mundo. Tienen un perfil con gran formación, mucha flexibilidad y acostumbrados al cambio. Se exportan muy bien. Son profesionales resilientes.
—MC: Hoy hay grandes multinacionales lideradas por argentinos. Hace un tiempo era impensado que una compañía europea tuviera a un argentino al frente, y esa tendencia está creciendo.
—¿Qué rol juega la inteligencia artificial en el futuro de los puestos de trabajo?
—RC: Creo que las empresas están trabajando en cómo utilizar la inteligencia artificial. Aunque muchas personas hablan de ella sin conocer su alcance, su adopción está en constante evolución. Si bien algunos puestos podrían verse afectados, también creo que será una gran oportunidad para muchas empresas. Más del 50% de los profesionales ya están dedicando tiempo a entenderla y usarla para mejorar su trabajo.
—MC: Coincido con eso, especialmente mirando el mercado local. Las empresas buscan candidatos con la capacidad de adaptarse a nuevas tecnologías. Esa habilidad es muy importante, pero las empresas también deben tener claro qué herramientas de IA están permitidas y cuáles no, especialmente para evitar perder el control de la información y garantizar la seguridad de los datos. El profesional que no adopte herramientas de inteligencia artificial se quedará atrás, respecto a aquellos que sí lo hagan. La IA no reemplaza a los profesionales, sino que los complementa y los hace más eficientes.
—¿Cuáles son las carreras con mayor futuro en los próximos años?
—MC: Hoy en día estamos viendo un giro hacia las carreras más técnicas. En Argentina, especialmente, las relacionadas con la ingeniería y los recursos naturales (petróleo, minería, gas) están tomando fuerza. Tenemos un gran semillero de profesionales y un alto interés en carreras tecnológicas, como la istración con especialización en data mining. En los próximos 3 o 4 años, veremos un boom de carreras especializadas.
SN
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