Creciste en el medio y de tu vida personal nunca se supo nada. ¿Por qué?
Siempre hubo mucho respeto de los medios. Nunca me pusieron en una situación incómoda por hablar o no de mi homosexualidad, y eso lo valoro mucho. Creo que soy un actor del que no es necesario o no interesa qué haga de su vida privada. Puede ser por mi perfil: soy popular, pero no mediático. Lo más maravilloso fue que tuve que superar mis propios temores y barreras. Siento que todos, indirectamente, me ayudaron a que el proceso fuera natural y en el momento que tenía que ser. Nadie me puso en jaque. Nunca me hice el macho, pero tampoco mostraba mi verdadera identidad.
¿Por qué reprimiste todo hasta ahora?
Vengo de una tradición muy obtusa y cerrada como es la intaliana. Uno puede trascender los miedos desde lo personal, pero no puede terminar de relajarse. No sólo con el círculo más directo, que serían mis padres y mi hermana, sino con una familia en la que mi papá tiene cinco hermanos y mi mamá cuatro. Cada tanto, cuando veía a mis tías, la primera pregunta era: “¿Y, cuándo te pones de novio? ¿cuándo te casas?, ¿cuándo le vas a dar un nieto a mi hermana">