Los bifes más suculentos de Mar del Plata: cuánto cuesta comer en el restaurante que desde 1960 es uno de los clásicos de la ciudad

En Mar del Plata, donde el aroma a verano y a parrilla se mezclan en cada esquina, hay un lugar que se mantiene intacto desde 1960: El Palacio del Bife. Como su nombre lo anticipa, la estrella indiscutida de la casa es el bife, una porción generosa de pura carne de calidad, jugosa y servida en el punto justo, que parece desafiar el paso del tiempo.

Cada temporada, el restaurante se llena de turistas que vuelven año tras año, seducidos por la nostalgia y el sabor. Muchos llegan recordando las visitas con sus padres o abuelos, y se sorprenden al descubrir que nada cambió: ni la calidad de la comida, ni la calidez del servicio. Es como retroceder en el tiempo y revivir ese ritual familiar frente a las mesas vestidas con manteles de tela y el inconfundible aroma de la parrilla.

Aunque la mayoría de sus comensales son turistas, también hay lugar para los jóvenes que, como en los bodegones porteños, empiezan a llenar las mesas grandes para probar las delicias clásicas del lugar. Acá no hay platos nuevos ni giros modernos en la carta: lo que hay es tradición, calidad y el compromiso de seguir siendo ese rincón seguro donde comer bien es una garantía.

La historia del palacio del bife

El Palacio del Bife se mantiene como un emblema de la gastronomía tradicional marplatense desde 1960. Aunque el tiempo ha pasado, la esencia del lugar sigue intacta. Hace 20 años, Jorge Olsen y su socio tomaron las riendas del restaurante con un objetivo claro: preservar esa calidad y servicio que hicieron famoso al lugar.

“El conocimiento se transmite a través del tiempo al nuevo personal. El que se jubila le enseña al nuevo”, explica Jorge, orgulloso de un método que asegura que, pese a los cambios de personal o de dueños, la experiencia siga siendo la misma.

El salón, amplio y elegante, está vestido con manteles de tela que combinan con las paredes, con un ambiente clásico que remite a los viejos tiempos. Desde las mesas, los comensales pueden ver cómo se manipula la carne y se preparan los cortes que luego llegarán a sus platos.

Los mozos, con moño y chaleco, se pasean con maestría entre las mesas, mientras los meitres supervisan cada detalle del servicio. “Acá los mozos te trinchan, te sirven el vino, la mantelería es de tela, y nuestro público lo valora”, cuenta Jorge.

Si bien la mayoría de los clientes son habitués de siempre, en los últimos tiempos se ha renovado el público. "Notamos que se acercan más jóvenes que buscan este estilo de bodegón", dice Jorge. Enero, con su aluvión turístico, trae muchas mesas repletas de sub-40 que encuentran en El Palacio del Bife un refugio de sabores auténticos y tradiciones gastronómicas que no pasan de moda.

Sin embargo, no son solo los jóvenes los que se dejan conquistar por esta joya marplatense. Familias enteras vuelven año tras año, manteniendo una costumbre que atraviesa generaciones. “Hace unos días hablaba con un cliente que estaba con su nieta, y me contó que él venía con su papá cuando era chico”, comparte Jorge. Ese ritual familiar, que combina los recuerdos de la infancia con la experiencia actual, es uno de los mayores orgullos del restaurante.

La clave de su éxito radica en la constancia y el compromiso. “Los clientes nos dicen que sigue igual a cuando ellos eran chicos. Es difícil mantenerlo por tantos años”, ite Jorge. Pero lo cierto es que en El Palacio del Bife no se negocia con lo esencial: la calidad de los platos, el cuidado del servicio y esa sensación de que cada comida es un viaje al pasado, con el sabor intacto y la experiencia elevada.

Qué comer en el Palacio del bife

En El Palacio del Bife, la carta es tan amplia como las colas que se forman en temporada. Hay opciones para todos los gustos: pescados, mariscos, arroces, pastas caseras y una selección destacada de carnes, tanto de vaca como de cerdo y aves.

Desde la entrada, el lugar ya anticipa: una panera clásica con tostadas, pan francés, grisines y un dip de queso crema o manteca acompaña las primeras miradas al menú. Entre las entradas, las empanadas de carne cortada a cuchillo son un clásico infalible. La masa artesanal y el relleno bien sazonado son el primer indicio de la calidad que define cada plato.

La parrilla, como era de esperarse, es la gran protagonista. El Bife Gran Palacio, un imponente T-bone de 1,2 kilos, se lleva todas las miradas. Este corte, ideal para compartir, es pura jugosidad y se recomienda disfrutarlo en su punto justo ($ 48.000).

El bife de chorizo de 450 gramos ($ 20.600), otro favorito, se corta de casi cinco centímetros de alto y llega a la mesa con una cocción impecable. Los mozos, expertos en el arte de atender, recomiendan no condimentarlo, aunque siempre ofrecen chimichurri o criolla para los que no se resisten. Todo, claro, acompañado de papas fritas crujientes y doradas, hechas con papas de verdad, como manda la tradición.

Las sugerencias del día suman sabores bien criollos. Desde un pastel de papa con carne cortada a cuchillo, hasta el locro criollo, un plato tan contundente como delicioso. Jorge, el dueño, asegura que el locro, que comenzó siendo una opción exclusiva para fechas patrias, ahora sale todo el año, incluso en pleno verano.

Para los amantes de las pastas, el restaurante no decepciona. Todas son caseras y elaboradas en el propio local, lo que asegura un sabor inigualable. Estas opciones son de las más pedidas, y junto con la dedicación en la preparación de cada receta, se han convertido en un punto fuerte de la propuesta.

En cuanto a los mariscos, la paella individual es la estrella ($ 19.000). A diferencia de otros lugares donde se sirve para compartir, aquí cada comensal puede disfrutar de una porción propia, ideal para mesas con gustos diversos.

Aunque la carta es extensa, los platos menos pedidos o que no convencían fueron eliminados. Esto permite que cada opción que queda sea un acierto seguro. Con recetas que se transmiten entre los empleados y un estándar de calidad impecable, El Palacio del Bife sigue siendo un lugar donde la tradición se mezcla con el amor por la buena comida.

El Palacio del Bife. Córdoba 1857, Mar del Plata. Todos los días de 12 a 15.30 y de 20 a 0.30 hs. Instagram: @elpalaciodelbife