El locro es mucho más que un guiso: es una comida cargada de historia, símbolo de identidad y memoria colectiva. En fechas patrias como el 25 de Mayo o el 9 de Julio, este plato vuelve a ocupar un lugar central en las mesas argentinas, no solo por su sabor sino por todo lo que representa.
Originario de los pueblos andinos, el locro tiene una raíz prehispánica que se remonta a tiempos anteriores como el Imperio Inca. Su nombre proviene del quechua ruqru o luqru, y su base eran ingredientes propios de las culturas indígenas: maíz blanco, zapallo, porotos y ají. Estos productos, cultivados y cocinados por generaciones, daban forma a un guiso espeso y nutritivo, ideal para resistir el frío y compartir en comunidad.
Por qué se come locro el 25 de Mayo
- Identidad nacional: Comer locro es una forma de conectarse con las raíces culturales e históricas del país.
- Comida comunitaria: Es un plato que se prepara en grandes cantidades, ideal para compartir en encuentros comunitarios, actos escolares y celebraciones cívicas.
- Símbolo de resistencia y pertenencia: Así como la Revolución fue un acto de autodeterminación, el locro representa esa unión del pueblo en torno a algo propio.

Origen del locro cada 25 de Mayo
Con la colonización española, la receta ancestral se transformó: llegaron nuevos ingredientes como la cebolla, el ajo, el laurel, la carne de vaca y de cerdo, los embutidos y distintas especias como el pimentón o la nuez moscada.
Así nació una versión mestiza del locro, una fusión de culturas que dio lugar a lo que hoy se conoce como gastronomía criolla. En ese cruce de mundos, el locro se mantuvo vigente, adaptándose a cada región y adoptando particularidades que lo vuelven único en cada casa.
Lo que distingue al locro es justamente eso: la combinación de lo indígena y lo europeo, lo ancestral y lo actual. Cada familia tiene su propia receta, transmitida de generación en generación. Y aunque varían los ingredientes, hay algo que se mantiene constante: su valor simbólico.
En un país diverso como la Argentina, el locro es uno de los pocos platos con raíces originarias que logró permanecer en el centro de las celebraciones nacionales.

Por eso, cada vez que se sirve un plato de locro en una fecha patria, no solo se celebra la independencia o la soberanía. También se honra la memoria de los pueblos originarios, la resistencia cultural y la riqueza de las raíces nacionales. El locro es una comida que reúne historias, une tradiciones y celebra más de 200 años de soberanía nacional.
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