Un grupo de especialistas del CONICET dio con un descubrimiento único en la puna de Catamarca: los restos fósiles de un mamífero prehistórico herbívoro que vivió hace 18 millones de años. El animal, llamado Ichhutherium wayra, pertenece a la familia extinta de los Mesotheriidae, un grupo de ungulados sudamericanos que habitaron la región durante el período Mioceno.
El hallazgo fue publicado en la revista científica Journal of Systematic Palaeontology y da pistas sobre una especie que pesaba hasta 15 kilos, tenía habilidades para excavar y roer, y se alimentaba de plantas de hojas duras. El fósil se encontró en la Formación Potrero Grande, a más de 3.900 metros de altura, en un contexto climático y geográfico extremo.
¿Qué se sabe del mamífero prehistórico?
El nuevo mamífero fue bautizado Ichhutherium wayra, un nombre que combina palabras del quechua: ichhu (pasto de altura) y wayra (viento), sumado a therium (bestia, en griego). La elección del nombre busca reflejar las condiciones áridas y ventosas donde vivió esta criatura hace millones de años.
Los científicos destacan que esta especie representa el linaje más antiguo conocido dentro del grupo de los mesotéridos. “Presenta una combinación de características hasta el momento no registradas”, explicó el investigador Matías Armella, del INSUGEO (CONICET–UNT). El fósil hallado es parte del cráneo: un paladar casi completo con dientes bien preservados que ofrecen datos claves sobre la evolución de estos animales.
Claves del hallazgo en Catamarca
- El animal pesaba hasta 15 kilos y era herbívoro.
- Tenía premolares con raíces y molares con tres lóbulos, ideales para roer.

- Se alimentaba de plantas de hojas duras.
- Era un especialista en excavar y adaptarse a climas extremos.
- El fósil fue encontrado a casi 4.000 metros de altura.
- Pertenece a un grupo extinto: los Mesotheriidae, que vivieron en Sudamérica.
- El descubrimiento revela una etapa temprana de diversificación de esta familia.
Cómo fue la misión científica que terminó en hallazgo
El trabajo fue coordinado entre investigadores de distintas provincias: Mendoza, Tucumán y Catamarca. Participaron especialistas del IANIGLA (CONICET-UNCUYO), de la Fundación Miguel Lillo (FML), y del INSUGEO. La campaña de rescate se realizó en condiciones extremas: temperaturas de hasta -15 °C y una altitud que superaba los 3.900 metros.

El rescate duró cinco días y contó con el apoyo de comunidades locales y la colaboración de múltiples instituciones nacionales. “La paleontología nos ofrece una ventana al pasado de nuestro planeta y permite que comprendamos la evolución de la vida, los cambios climáticos y los procesos geológicos”, concluyó Armella.
Y aunque este descubrimiento trae más preguntas que respuestas, abre una nueva puerta para conocer cómo era la vida hace millones de años en lo que hoy es el norte argentino.
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