La nave espacial de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, el X-37B, cuya misión es un completo misterio, regresó tras orbitar a la Tierra por 434 días.
El mini transbordador no tripulado aterrizó con éxito en la base espacial Vandenberg, en California. En diciembre de 2023 había sido lanzado desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA. Fue el primero en utilizar un cohete Falcon Heavy de SpaceX, la empresa de Elon Musk, para una órbita elíptica.
El X-37B es el heredero del X-37A, un programa de la NASA que funcionó entre 1999 y 2004. Luego, el Departamento de Defensa estadounidense absorbió el proyecto.
El primer vuelo del X-37B se realizó en 2006 desde la base Edwars, también situada en California. Mientras que el segundo despegue se realizó en 2010 desde el Cabo Cañaveral, Florida.
De acuerdo con el secretario de Defensa durante la istración de George W. Bush -Robert Gates- el objetivo del programa era "la reducción de riesgos, la experimentación y el desarrollo de conceptos operativos para tecnologías de vehículos espaciales reutilizables, en apoyo de los objetivos de desarrollo espacial a largo plazo",

Sin embargo, el medio asiático China Daily puso en duda los verdaderos objetivos del programa al alertar que el lanzamiento de las naves "ponía en peligro la paz mundial".
"Como superpotencia, Estados Unidos abogó todos estos años por el desarme nuclear e instó a otros países a ser más responsables con la paz y la seguridad mundiales. Pero mientras tanto, su desarrollo del avión espacial puede conducir a una carrera armamentística en el espacio", cuestionó Zhao Xiaozhuo, que por aquel entonces era investigador de estudios militares de la Academia de Ciencias Militares del Ejército Popular de Liberación de China.
¿Cuáles son los verdaderos objetivos del X-37B?
Tras la finalización exitosa de una maniobra de aerofrenado, el X-37B "demostró las capacidades ágiles y flexibles" que puede proporcionar a la Fuerza Espacial estadounidense.
"Basándose en décadas de experiencia adquirida en misiones espaciales anteriores, esta técnica implica el uso de la resistencia atmosférica a lo largo de múltiples pasadas para cambiar de órbita con un gasto mínimo de combustible", explicaron en un comunicado.
"La séptima misión abre nuevos caminos al demostrar la capacidad del X-37B para cumplir con flexibilidad sus objetivos de ensayo y experimentación en distintos regímenes orbitales", sostuvo el jefe de Operaciones Espaciales, el general Chance Saltzman.
Así, la misión de la nave consistió en experimentos tecnológicos destinados al "conocimiento del entorno espacial" por parte de las Fuerzas Espaciales de Estados Unidos.
"La operación de la Misión 7 en un nuevo régimen orbital, su novedosa maniobra de aerofrenado y sus pruebas de experimentos de concienciación del dominio espacial han escrito un nuevo y emocionante capítulo en el programa X-37B", remarcó el director del Programa X-37B, el Teniente Coronel Blaine Stewart.
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