Un año después de reconocer al Estado de Palestina, España se propone liderar los gestos y las medidas desde Europa que apuntan a acorralar a Israel para que deje de bombardear la Franja de Gaza y desbloquee la ayuda humanitaria que aguarda en la frontera. Las buenas intenciones del gobierno de Pedro Sánchez, sin embargo, no excluyen contradicciones que sus socios de gobierno y los partidos de la oposición le echan en cara respecto de los vínculos que España mantiene con Israel.
“Si la guerra no para, el acuerdo de asociación entre la Unión Europea e Israel, que se fundamenta en su artículo 2 y, por lo tanto, en el respeto de los derechos humanos, tiene que ser suspendido inmediatamente”, dijo este fin de semana el ministro de Relaciones Exteriores español, José Manuel Albares, durante el encuentro del grupo internacional “Madrid + por la implementación de la solución de los dos Estados”.
La capital española fue la anfitriona de los representantes de veinte países europeos, árabes y americanos -entre ellos, Brasil- que apoyan el reconocimiento de Palestina como Estado en pacífica convivencia con Israel.
“Todos tenemos que poner en marcha un embargo de armas, no puede haber venta de armamento a Israel”, dijo Albares este domingo, tres semanas antes de la próxima reunión en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, donde se debatirá el futuro de paz entre palestinos e israelíes y la propuesta del reconocimiento internacional de los dos Estados.
Alemania no demoró su respuesta a la propuesta de Albares: a través de su ministro de Exteriores, Johann Wadephul, anunció que no dejará de enviar armas a Israel. “Alemania, como país que ve como parte de su razón de ser la existencia de Israel, siempre estará de su lado para defender ese derecho y eso implica suministrar armamento”, dijo Wadephul.
A mediados de mayo, el presidente Pedro Sánchez estuvo en Bagdad, la capital de Irak, adonde fue invitado a participar de la XXXIV cumbre de la Liga de Estados Arabes.

“Tenemos que detener ya esta espiral de violencia y por eso quiero instar a hacer uso de todo nuestro capital político para revertir esta situación”, exhortó Sánchez.
“Una medida que España va a impulsar es llevar una propuesta a la asamblea de Naciones unidas para que la Corte Internacional de Justicia se pronuncie sobre el cumplimiento por parte de Israel de sus obligaciones internacionales en relación con el de la ayuda humanitaria a Gaza”, anunció el presidente español.
“Redoblar nuestra presión sobre Israel para parar esta masacre en Gaza, en especial, a través de las vías que nos da el derecho internacional”, propuso Pedro Sánchez.
Justamente, este martes, el Congreso de los Diputados de España acordó tramitar por urgencia una proposición de ley para el embargo de armas a Israel.
Polémica por las balas israelíes
Sin embargo el mes pasado, al gobierno de coalición que lidera Sánchez le estalló en la cara un escándalo interno por contratos vigentes que su Ministerio del Interior mantenía con Israel para la compra de balas.
En octubre de 2024, cuando el conflicto israelí-palestino ya había cumplido un año, el gobierno de España formalizó la compra de 15 millones de balas para la Guardia Civil a una empresa israelí por 6,6 millones de euros.
Ocurrió seis meses antes de que la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, subrayara que “el compromiso del gobierno de España de no comprar y de no vender material armamentístico a Israel sigue intacto”.
Sumar, el partido minoritario en la coalición de izquierdas que gobierna España desde noviembre de 2023, exigió que se declarara nulo el contrato con Israel.
Izquierda Unida, uno de los partidos a la izquierda del PSOE que integran Sumar y que logró posicionar a Sira Rego, su portavoz federal, como ministra de Juventud e Infancia, amenazó con salir del gobierno.
Ante la crisis interna a la coalición con la que a la oposición se le hacía agua la boca, Pedro Sánchez desautorizó a su ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y frenó la compra de balas a Israel.
“Hemos parado ese contrato. El gobierno de España no hace negocios con un gobierno genocida”, dijo la vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz.

El mercado de compra-venta de armas
“Es verdad que el gobierno ha dicho que no seguía vendiéndole armas ni comprando armas al Estado de Israel, pero luego sabemos que esos vínculos se han mantenido en diferentes niveles y todavía siguen vigentes”, ite a Clarín Diego Checa Hidalgo, profesor de Historia Contemporánea y miembro del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada.
“En el caso del comercio de armas, las relaciones con Israel nos muestran lo difícil que es transformar, cambiar o terminar con las relaciones de compra-venta, comercio de armas, etcétera. Porque este tipo de relaciones y el militarismo que las acompañan genera una situación de dependencias que luego son muy difíciles de cortar”, asegura Checa Hidalgo.
“Es verdad que el gobierno de España ha reconocido públicamente que había dejado de venderle armas a Israel, y es verdad que no se realizaron nuevas licencias ni grandes compras de armamento, pero también es verdad que los investigadores del Centro Delàs han sacado hace unas semanas un informe donde venían detallando la cantidad de contratos que siguen vigentes y algunos otros que se han creado para comprar o vender armamento a Israel, no tanto armamento o sistemas de armas como piezas para sistemas de armas o municiones”, dice el historiador.
El Centro de Estudios por la Paz J.M. Delàs, que se dedica al análisis y la investigación sobre la influencia política y social en materia de seguridad, defensa y armamentismo, adelantó una lista de 46 adjudicaciones de contratos que España había asumido para el suministro o mantenimiento de material de defensa o de seguridad israelí.
Checa Hidalgo aclara que “esto se justifica, desde el Estado español, porque, por ejemplo, las fuerzas de seguridad del Estado necesitan comprar una munición para sus sistemas de armas, para sus fusiles y sus pistolas que vende una empresa israelí, y si no compra esa munición a la empresa israelí, esas armas se quedarían sin poder ser utilizadas. Entonces habría que sustituirlas por otras, con lo cual eso llevaría a cabo una inversión más alta y un proceso de tiempo más largo para poder alimentar ese nuevo tipo de armas”.
“Y eso supondría la desprotección de las fuerzas de seguridad del Estado que requieren de ese tipo de armas”, subraya el historiador.
Lo resume así: “El comercio de armas es complejo. Está muy protegido y aunque los gobiernos quieran dar pasos en contra de seguir alimentando el genocidio en Gaza, no lo tienen tan fácil o les supone un costo importante”.
España como escala de envíos a Israel
El historiador Checa Hidalgo suma otro aspecto polémico: el del armamento que atraviese el territorio español y cuyo destino final sea llegar a las tropas israelíes.
“Es verdad que el Estado español no ha hecho lo suficiente para prevenir el tráfico de armas hacia Israel a través de nuestros puertos y a través de bases militares que están establecidas aquí como, por ejemplo, las de Estados Unidos y que sabemos que sirven de puente para transportar armas a Israel”, destaca el historiador.
“Hay barcos que cruzan toda Africa, y que trasladan armas o municiones desde industrias y fábricas en Asia que tiene como destino final los puertos israelíes y que atraviesan el territorio español. Hay naves que paran en algunos puertos españoles y se sospecha que en esos barcos hay armas o municiones para Israel”, describe.
Y aclara: “En España se han producido denuncias al respecto, y sabemos que algunos barcos que han sido señalados por ese tráfico no han llegado a parar en puertos españoles, ante la amenaza de que la sociedad civil española presentara una demanda ante los tribunales para exigirle al gobierno que inspeccionara esos puertos. Cuando se han producido esos hechos, esos barcos han fondeado a las afueras del puerto, no han llegado a entrar en territorio español, y finalmente han decidido seguir su camino hacia Israel.”
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