El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo una sorpresiva y extraordinaria reunión cara a cara el miércoles con el presidente de Siria Ahmed al-Sharaa, un yihadista que fue miembro de Al Qaeda, en la que el jefe de la Casa Blanca le pidió al líder sirio que normalizara las relaciones con Israel.
El encuentro sucedió en Riad, Arabia Saudita, un día después de que Trump anunciara que Estados Unidos levantaría las sanciones a Siria, una medida que aliviaría la economía de una nación que se considera fundamental para la estabilidad de Oriente Medio.
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Fue la primera vez en 25 años que los líderes de los dos países se reunieron, y significó un fuerte avance en el intento de Siria de reintegrarse a la comunidad internacional después de décadas de aislamiento. Los dos hombres hablaron durante aproximadamente media hora justo antes de una cumbre de líderes del Golfo en Arabia Saudita, dijo un funcionario de la Casa Blanca.
La reunión se concretó con la garantía de Arabia Saudita, que busca normalizar a Siria tras la caída del régimen de los Assad que gobernó con mano dura por más de medio siglo, y aislar a ese país de Irán, que tradicionalmente apoyó a Damasco.
Trump le dijo a Al-Sharaa que tenía la oportunidad de "hacer un gran trabajo para el pueblo sirio" y lo alentó a firmar los Acuerdos de Abraham, una iniciativa liderada por Estados Unidos que busca normalizar las relaciones entre Israel y las naciones árabes, y le pidió que le diga "a todos los terroristas extranjeros que abandonen Siria", según la secretaria de comunicaciones de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. También le pidió que ayude a Estados Unidos a prevenir la insurgencia de ISIS y que deporte a “terroristas palestinos”
En declaraciones a la prensa a bordo del Air Force One después de la reunión, Trump dijo: "Creo que tienen que enderezarse. Le dije: 'Espero que te unas cuando las cosas se arreglen'. Él dijo: 'Sí'. Pero tienen mucho trabajo por hacer". Ante los periodistas describió al líder sirio como “un tipo joven, atractivo. Un tipo duro, con un pasado muy duro, un luchador”.

Trump se reunió con Al-Sharaa por invitación del príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, quien participó en la reunión. Al encuentro cara a cara se unió por teléfono el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que respaldó la insurgencia que llevó al poder a Al-Sharaa.
El príncipe Mohammed y Erdogan habían instado a Trump a levantar las sanciones contra Siria, y elogiaron la medida en la reunión del miércoles, y el príncipe heredero la describió como "valiente", según la Casa Blanca.
El encuentro también fue un cambio sorpresivo de parte de Al-Sharaa, un ex yihadista que lideró la alianza rebelde que derrocó al dictador Bashar al-Assad en diciembre, y que alguna vez dirigió una rama de Al Qaeda antes de que rompiera lazos con el grupo y buscara moderar su imagen. Estados Unidos había designado al grupo de Al-Sharaa como una organización terrorista, y retiró su oferta de una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información sobre él hace apenas cinco meses.
Un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores sirio describió la reunión como "histórica" y dijo que Trump había "afirmado que la istración en Washington está comprometida a desempeñar un papel positivo y constructivo durante este período delicado".
"Cambio notable"
Consultado por Clarín, Osamah Khalil, profesor de Relaciones Internacionales e investigador del Programa de Estudios de Oriente Medio de la Universidad de Syracuse, dijo que la reunión entre Trump y Al-Sharaa “representa un cambio notable en la política estadounidense hacia Al Qaeda y sus afiliados. Más de 23 años después de los atentados del 11-S y la declaración de la Guerra Global contra el Terrorismo, Estados Unidos está desarrollando relaciones con un ex líder de la organización que ahora se declara moderado”.

“Sin embargo, para los grupos minoritarios sirios, esto no se ha reflejado, ya que han sido blanco de persecución por las milicias de Al-Sharaa. Siria sigue fragmentada e Israel ha ampliado las zonas bajo su ocupación. Queda por ver si la mejora de las relaciones con Washington y el levantamiento de las sanciones conducirán a una retirada israelí o a una mayor fragmentación y a una nueva guerra civil, mientras Al-Sharaa intenta consolidar su poder en los próximos meses”, agregó.
David Lesch, profesor de política de Medio Oriente, experto de la relación entre Estados Unidos y Siria de la Universidad Trinity de San Antonio, resaltó a Clarín la importancia de la quita del castigo económico al régimen sirio. Señaló que “el acercamiento entre Estados Unidos y Siria gira en torno al levantamiento de las sanciones integrales estadounidenses contra Siria”.
Explica que “si bien solo el Congreso estadounidense puede revocar la Ley Cesar de 2019, que estableció el régimen de sanciones contra Siria (confirmada nuevamente por el Congreso en diciembre de 2024), el presidente Trump puede emitir órdenes ejecutivas y exenciones a la aplicación de las sanciones. Esto es una bendición para el gobierno sirio, ya que la economía del país se ha contraído más del 85 % desde el inicio de la guerra civil en 2011, mientras que el 90 % de la población vive en la pobreza”.
El experto agregó que “el gobierno del presidente sirio Ahmad al-Sharaa no tiene ninguna posibilidad de lograr la estabilidad, ni siquiera de mantenerse en el poder, a menos que logre estabilizar y hacer crecer la economía. El levantamiento de las sanciones permitirá la inversión internacional en la reconstrucción de Siria, así como la reincorporación al sistema financiero mundial, todo lo cual es necesario para que el gobierno sirio integre la plétora de milicias y grupos armados en un ejército nacional que pueda garantizar la seguridad integral del país. Esto tenía muy pocas posibilidades de ocurrir sin el levantamiento de las sanciones estadounidenses”.
PB
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