A esta altura de la soirée, los vaivenes por la Corte Suprema parecen una mala telenovela. Que deben ser cinco , que con tres se arreglan... Pocos candidatos han sido tan resistidos como los propuestos por el presidente Javier Milei. Además, de aprobarse las designaciones de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, Argentina se consolidaría como el único país en la región que no tiene una magistrada mujer en su Máximo Tribunal.
Aunque el 57% del personal del Poder Judicial está formado por mujeres, ocupan menos del 30% de los cargos más altos. Solo 3 mujeres han sido juezas de la Corte, frente a 104 hombres. Tanto la Constitución como numerosos tratados y convenios internacionales a los que Argentina adhirió, hablan de promover acciones positivas para garantizar la igualdad entre varones y mujeres en el a cargos electivos, partidarios y de toma de decisiones.
Además, el decreto 222/2003 establece que el Presidente debe seleccionar a los magistrados de la Corte teniendo en cuenta la composición general en términos de género, especialidad y procedencia regional. También establece otros requisitos, como aptitudes morales, idoneidad técnica y jurídica, trayectoria, compromiso con la defensa de los derechos humanos y los valores democráticos.
García-Mansilla dedicó sus últimos 20 años a la defensa jurídica de empresas hidrocarburíferas y desde hace una década es Director Ejecutivo de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos, que nuclea a las principales petroleras del país. Tiene una posición restrictiva respecto a los nuevos derechos reconocidos en la reforma constitucional de 1994, como la preservación del medio ambiente y la protección de s y consumidores: "Esas interpretaciones pueden generar parcialidad, teniendo en cuenta que el sector que representa genera un considerable impacto ambiental y puede involucrar derechos de los s", advierten organizaciones sociales.
García-Mansilla afirma que los jueces “tienen que aplicar el derecho tal cual es, mirando para atrás, no para adelante...". Por eso se dice "originalista", porque retrocede a 1853 en lugar de avistar el futuro. Esa mirada deja afuera la evolución de la sociedad, y de las mujeres en particular.
Pero antes que nada, si hay un decreto que establece la diversidad de género en la Corte y los dos candidatos varones aceptan ser propuestos... ¿No están cometiendo ya una injusticia?
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