Redacción Clarín
Muchos tenemos la fantasía del trío la tenemos en nuestra cabeza, de ahí la llevamos a la cama “cada uno por su lado”: tenés sexo sólo con tu pareja, pensás en agregar a otra persona pero no se lo decís. Después, si existe el espacio adecuado, se lo contás, comparten las fantasías y se enriquecen con las ideas de ambos.
¿El otro, es hombre o mujer? ¿Él se ratonea con verte a vos con otra mujer mientras las mira? ¿Prefiere que las dos estén con él y lo atiendan como geishas? Y vos, ¿querés que la penetre o preferís ser quien reciba toda la atención?
Y llega el momento de la “charla de café”, que es cuando alguno de los dos (generalmente él), fuera de la cama, en frío, dice: “Che, ¿y si probamos">