La ley de inteligencia prohíbe, en principio, hacer público su nombre. Pero de él se puede decir lo suficiente: 54 años, viudo, nacido en San Juan, se jubiló de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), donde lo identificaban con el apodo de "Mandril".
Y acá van otros datos adicionales más interesantes: fue cuñado del mayor narco lavador de la Argentina, el contador Diego Xavier Guastini (45), asesinado por sicarios en octubre de 2019 en Quilmes. "Mandril" mantenía una relación "semi laboral" con Guastini desde 1989 y la conservó incluso luego de romper con su hermana.
Fue como testaferro de Guastini que, el 5 de noviembre de de 2014, el espía firmó como comprador de una mansión de mil metros cuadrados en Banfield y es por este episodio que enfrentará un juicio oral, ya que la Justicia tiene serios indicios de que los dueños de la propiedad fueron amenazados y coaccionados para desprenderse de ella.
En la causa -que comenzó en el fuero penal económico- hay escuchas en la que Guastini habla con su patota y se desgranan detalles de cómo el matrimonio dueño de la casona de Alem 1280 fue seguido, amedrentado y hasta vigilado cuando llevaba a sus hijos al colegio.
"Yo trabajo las 24 horas, los 365 días del año. Es más, hoy estoy trabajando con vos. Así que en cualquier momento que mires el espejo retrovisor del auto, te vas a dar cuenta que por ahí me ves atrás tuyo. Eh, no lo tomes a mal, no lo tomes como una amenaza, solamente es mi trabajo, es lo que yo hago y en este caso tenés un problema, y lo tenés que resolver", le dijo Hernán "Loquito" Guzzetti -empleado de Guastini- a la persona identificada en el expediente como "Víctima B".
Guastini -a través de "Mandril"- se quedó con la casona que luego, el 2 de julio de 2018, vendieron a dos personas: en realidad, fue un canje a cambio del departamento donde pasó a vivir Guastini y su familia. Estas dos personas firmaron en su momento un boleto de compraventa y hoy reclaman escriturar alegando que hicieron la operación de buena fe.

"Mandril" había sido testaferro de Guastini en más de una oportunidad, por ejemplo, para comprar una casa en la Costa Atlántica. En este caso, el de al casona de la calle Alem, "Dolarín" o "Mangangá" -como le decía a Guastini- quería esa mansión como pago por una deuda supuestamente contraída por una droga perdida.
Todos los detalles de la investigación -hasta la versión del propio "Mandril" que alega que solo le hizo un favor a su amigo- constan en el procesamiento que la jueza de Instrucción Fabiana Palmaghini firmó el pasado 22 de septiembre.
Palmaghini procesó, sin prisión preventiva pero con un embargo de 10 millones de pesos por cabeza, al espía (hoy jubilado) y a dos hombres que formaban parte del grupo de choque de Guastini , Hernán "Loquito" Guzzetti y Diego "Narigón" Fernández.

El jefe de este grupo era Gerónimo "Coco" Gerez, pero murió en el transcurso de la investigación judicial: se cayó de una escalera en su casa en marzo de 2018. En cuanto a la casona de la calle Alem, en su resolución la jueza mantuvo la medida cautelar congelando cualquier operación sobre ese bien.
Curiosamente, como las defensas no apelaron los procesamientos, el lunes 24 de octubre la causa fue elevada a juicio y ya tiene destino: quedó a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal N° 26. ¿Los delitos en juego? "Extorsión patrimonial y documentaria".
Una causa con historia
-Hoy se largó a llorar la mujer, ¿viste? La nena tiene más o meno sei año, ¿viste?... ¡Hé una casa de puta madre, ehh!
-Sí, seguro que es esa casa, hoy por hoy un palo vale, tiene que valer más, tiene que valer más...
-Nooooo, sí, vale más, bola, vale más de un palo. Pero bueno, después que firma como se llama, una ve que firma hay que tratar de, de arrimarse una moneda más arriba, ¿viste">