En la línea de tiempo de las presidencias argentinas habría que colocar un par de paréntesis y unos cuantos asteriscos entre 1930 y 1983. En ese periodo se concentran los seis golpes de Estado de la historia con sus 14 dictadores al mando. Por estos días se cumplen 90 años del primero, el del 6 de septiembre de 1930 contra Hipólito Yrigoyen, el que marcó el comienzo de ese ciclo de 53 años de inestabilidad democrática.
En una entrevista con Clarín, el historiador e investigador del CONICET, docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y ex director del Museo de la Casa Rosada, Luciano de Privitellio, resalta la poca resistencia que se opuso a aquel proceso encabezado por José Félix Uriburu y la gran popularidad de un golpe cantado al que todos llamaban Revolución.
“Al golpe lo hubiesen podido parar con los bomberos”, afirma De Privitellio. Pero ya se sabe, nadie lo hizo. La "Revolución" del 30 siguió su curso sostenida por la complicidad interna y el patrocinio popular. Y ese golpe, el “más civil que militar”, fue la piedra fundamental de la historia negra de la Nación.
- ¿Qué pasó con el poder de Yrigoyen para caer en 1930 luego de haber ganado ampliamente las elecciones dos años antes?
- Es probablemente una de las dificultades más grandes para entender este proceso. El golpe lo hubiesen podido parar con los bomberos, pero nadie lo hizo, y se sabe que tampoco hubo orden de represión. El golpe fue muy popular, esto no es puesto en discusión ni por los radicales, y esto es así porque estaba la sensación de que al pueblo lo habían perdido. Hay un pequeño indicio de esto en la elección de marzo de 1930, que es la más cercana al golpe. A Yrigoyen no le va muy bien. Globalmente gana, pero pierde muchísimos votos. Pierde la Capital con el Partido Socialista Independiente, y en la provincia de Buenos Aires, que es el bastión del yrigoyenismo, hay una pérdida notoria de votos, que hace que lo que antes había sido una victoria escandalosa en el 28 se convierta en una victoria por un pelito. La lectura, no en los números, es que Yrigoyen perdió esa elección.

Y también hay dos cuestiones fundamentales: primero está la crisis económica, que en Argentina se manifiesta antes de 1930, por una razón obvia: todos sabemos que la crisis estalla por la especulación en la Bolsa de Nueva York; ya antes la especulación misma había quitado capitales del mercado internacional porque en lugar de prestárselos a gobiernos de países relativamente marginales en términos financieros prefieren mandarlos a la Bolsa de Nueva York. Entonces tenía un problema para capitalizarse porque en esa época los gobiernos dependían mucho de créditos extranjeros. Y segundo, la tensión política se vuelve muy violenta a partir del año 29, con tiros, muertes, el asesinato de (Carlos) Lencinas y también con el intento de matar a Yrigoyen (24 de diciembre de 1929). Conflictos permanentes en la calle. Está claro que para la política las elecciones ya no parecen ser un lugar de resolución de sus conflictos y la violencia se instala como una salida relativamente legítima en ese momento. También se le achaca el tema de la edad, de cierta vejez para tomar decisiones.
- ¿Qué rol jugó la interna radical en el golpe?
- Pasan muchas cosas en ese periodo que explican por qué a Yrigoyen no le va muy bien en su gobierno, pero lo que no se explica es por qué no reaccionaron ante el golpe. Justamente creo que la explicación de por qué no hay represión tiene que ver con que dentro del propio gobierno las cosas no son tan claras como se cree. En una hipótesis personal, aunque no es exclusivamente mía, se ve cierta parte de complicidad entre algunos de los funcionarios del propio Yrigoyen en el desenlace de los sucesos durante la Revolución. Sin dudas, del vicepresidente (Enrique Martínez) quien advertía claramente cómo las cosas se iban de las manos y cómo Yrigoyen no reaccionaba ante sucesos que todos sabían que iban a pasar.
- ¿Por qué en la época se hablaba de "Revolución" y no de golpe">