El "amigo" militante peronista que lo escuchaba en la primera fila no se contuvo y le gritó a Axel Kicillof: "Poné fecha". Lo que también dijo pero sin gritar fue "Dejate de joder y decilo de una maldita vez".
Fue el viernes. El gobernador defendía el desdoblamiento ante un teatro platense repleto de peronistas que parecen haber dejado atrás al kirchnerismo (al menos el más radicalizado). Al impertinente que le gritó, Kicillof le devolvió una sonrisa algo impostada pero no incómoda.
Al mandatario provincial ya no se lo veía tenso ni perseguido por la arremetida de la familia Kirchner, que pide su cabeza en bandeja. Cristina y Máximo lo quieren sometido o enemigo. En la trayectoria política de los Kirchner, las nubes grises nunca o casi nunca formaron parte del paisaje.
"Asombrosamente, parece que Axel digirió el ahogo de los Kirchner", le asegura a Clarín alguien que compartió y comparte varias horas de mates con él. Parece que se convenció a no terminar como Scioli o Alberto Fernández. También entendió que si ahora aflojaba, tiraba la toalla y se arrodillaba, La Cámpora se lo iba a deglutir.
Este lunes se convirtió en un día bisagra para la renovación del peronismo. Aquel "pibe trosko", como Néstor lo llamaba despectivamente a Kicillof (y que Cristina había elegido como heredero por encima de su propio hijo biológico, Máximo), decidió finalmente decretar el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses, una daga que le pega en el corazón a las aspiraciones y los planes de la ex presidenta.
Los desgastantes idas y vueltas que desde hace más de un año vienen manteniendo Kicillof con Máximo Kirchner y Sergio Massa, siempre bajo la supervisión de Cristina Kirchner, tuvieron un desenlace que nadie o casi nadie creyó que se podía dar: el anuncio del gobernador del desdoblamiento de las elecciones provinciales.
Kicillof habría tomado la decisión final tras una nueva charla que tuvo el mediodía de este lunes con Massa. "Hay quiebres que no se pueden recomponer. Temas políticos y, sobre todo, personales", le dijeron a Clarín fuentes al tanto de esas negociaciones.
Kicillof definió que la elección para cargos provinciales se concretará el 7 de septiembre, algunas semanas antes de los comicios nacionales pautados para el 26 de octubre. Las primarias bonaerenses ya habían sido fijadas para el domingo 13 de julio. Sin embargo el gobernador también anunció el envío a la Legislatura provincial de un proyecto de ley para suspender esas PASO, de manera de evitar que los bonaerenses deban concurrir a las urnas por lo menos tres veces este año.
La determinación de Kicillof de avanzar con el desdoblamiento supone un quiebre en el peronismo y una ruptura abierta con Cristina Kirchner, que reclamaba elecciones concurrentes en la Provincia. Incluso, la expresidenta hasta había amenazado con postularse como diputada provincial por la tercera sección si se desdoblaban los comicios. Esa posibilidad fue ratificada este lunes entre colaboradores de la actual titular del PJ.
Pero el gobernador tiene una visión diferente en su vínculo con Cristina: cree que ella tarde o temprano avalará lo que Máximo viene intentando hace años, es decir ningunearlo y desgastarlo para que su carrera política termine con su mandato en la Provincia.
Contra la postura del gobernador, Máximo y Massa idearon una jugada audaz: pretendían modificar este martes en Diputados un proyecto del renovador Rubén Eslaiman para suspender las PASO y unificar la elección. La jugada iba a ser acompañada por los legisladores libertarios (los que responden Javier Milei y los "traidores" que integran el bloque blue, como Carlos Kikuchi) y los radicales alineados a Facundo Manes.
Sin embargo, Kicillof se adelantó a esa jugada y con el anuncio del desdoblamiento buscó evitar lo que él mismo señala como un golpe institucional de La Cámpora y Massa. Tras la conferencia de prensa, esa sesión legislativa se suspendió.
"Axel está jugando de verdad, como Cristina amenaza con hacer. Ahora la pelota la tiene ella y si quiere descender al sótano para ser candidata en la Tercera Sección, es una decisión personal. Ojo que en el GBA la gente no es boluda", retruca un miembro del Gabinete bonaerense.
Ahora resta saber si Cristina y Máximo van a terminar de romper todo dejando sin sello a Kicillof y los 45 intendentes que lo acompañarían. "Esto recién empieza. Es el tramo final de la pelea, cuando se juega todo por el todo. Esto es un cambalache", coinciden ante Clarín dos jefes comunales del Conurbano, uno que opera del lado del mostrador de Máximo y el otro, de Kicillof.
El decreto de Kicillof no se puede anular en la Legislatura. Ante la ruptura, La Cámpora ahora debe decidir qué hacer con los cargos propios que cuenta en el Gabinete provincial. Incluso hay quienes sostienen que Máximo podría ordenar una renuncia masiva y vaciar el Gabinete de Kicillof, como su madre hizo con Alberto Fernández en 2021.
Los intendentes del PJ están en una verdadera disyuntiva que es cómo enfrentar una elección con una división histórica por el volumen de jefes comunales que se agrupan de un lado y del otro de un peronismo roto con muchos cuestionamientos a los dos presidentes del Partido Justicialista: Cristina a nivel nacional y Máximo en la Provincia.
DS
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