Jubilación y pareja: efectos del retiro laboral en los vínculos sexoafectivos

¿Qué sucede, en general, luego de la jubilación?, ¿cómo afecta a la pareja el retiro laboral?, ¿cómo acostumbrarse a que pasar mucho más tiempo juntos sea la regla y no la excepción?, ¿adónde va a parar todo ese tiempo libre?.

El momento de jubilarse es un desafío, tanto a nivel individual como vincular. Un nuevo mundo se presenta en el hogar y los especialistas recomiendan prepararse previamente, algo que puede involucrar a la persona implicada pero también a su entorno.

“En la pareja, la proximidad del encuentro cotidiano va a significar el aprendizaje de nuevos roles y una nueva experiencia en el vínculo, que se va a transitar de manera diferente en cada uno de los ”, explicó a Clarín Felix De Lillo, psicólogo coordinador del equipo de grupos, familia y parejas del servicio de psiquiatría del Hospital Italiano.

“El retiro representa un cambio vital, muy profundo y que, por lo tanto, puede tener un impacto muy significativo no sólo en la relación de la pareja, sino claramente en la vida de las personas”, añadió Diego Bernardini, médico y máster en Gerontología. Al mismo tiempo, destacó que uno de los grandes planteos durante esta etapa es aprender a gestionar la convivencia 24x7.

Y esto presenta la posibilidad de fortalecer el vínculo, pero también de que se generan roces, sobre todo si se pierden los espacios de autonomía.

De Lillo coincidió: “El estar mas tiempo juntos va a traer alegría por sentir mas compañía y también va a traer ciertos desencuentros”. Esta nueva cotidianeidad, señaló, puede generar situaciones de estrés y malestar que se harán visibles a través de distintos síntomas.

¿Qué querés ser cuando seas grande?

Hay numerosas variables a la hora de pensar cómo se vivirá tras el retiro laboral. Sin embargo, hay una que es absolutamente determinante: la económica. En Argentina, la jubilación mínima actual es de poco más de $ 366.000.

Bernardini destacó que el cambio en la dinámica económica, con ingresos que generalmente disminuyen, puede provocar tensiones, sobre todo en relación a lo que se espera alrededor del estilo de vida. “La gente suele decir 'yo quiero viajar cuando me jubile', pero para viajar tenés que tener mucho dinero. Y esto, no ajustar las expectativas que uno tenía con la situación actual, es un tema”.

Se produce un impacto emocional que puede afectar la salud física y psíquica, señaló el médico. “Para muchas personas el retiro implica una pérdida de identidad, una falta de sentido o pérdida de propósito de vida. Y esto se traslada a los vínculos más cercanos: aparecen la irritabilidad, la tristeza, el retraimiento, la agresividad, la hostilidad”.

Desde el punto de vista más optimista, aclaró el especialista (en Instagram, @doctorbernardini), también es un momento donde aparecen nuevas oportunidades. “Para muchas parejas o relaciones, la jubilación es una etapa de descubrimiento mutuo, donde hay más espacios para compartir actividades y proyectos personales”.

La importancia de defender y fomentar los espacios personales

“El retiro laboral no solo transforma la rutina diaria, sino que altera ese equilibrio entre vida compartida y espacio propio”, anticipó Bernardini. Es por eso que dar lugar a todo aquello que propicie los espacios personales será beneficioso tanto a nivel individual como a nivel pareja.

“Los espacios propios preservan la identidad personal (muy definida por el trabajo). Entonces, es importante identificarlos: hobbies, pasatiempos o intereses personales ayudan a reconstruir y redefinir una identidad para hacerla más rica y más diversa”, agregó, al tiempo que alertó sobre “el vacío y la pérdida de sentido” que suelen aparecer en esta etapa.

Por otra parte, añadió, las actividades personales ayudan a estimular el crecimiento personal. “El aprendizaje continuo (las habilidades, viajar, practicar, hacer cosas por primera vez) te da otro tipo de sensaciones y esto, claramente, se refleja en el bienestar”.

La familia cumplirá aquí un rol vital, al fomentar y apoyar actividades que no necesariamente deben ser individuales sino también grupales. En ese sentido, advirtió el especialista, las intervenciones "no tienen que ser de un modo paternalista ni invasivo".

En la misma línea, De Lillo enfatizó la importancia de "mantener los espacios individuales, como así también proyectos en común". A modo de ejemplos, sugirió: "Evitar el aislamiento, compartir momentos fuera de la casa -ya sea con alguna actividad programada o simplemente caminar-, tratar de tener vínculos con otra pareja, un club, amistades, etc.".

Anticiparse al retiro y lograr algún tipo de planificación, entonces, puede ser un punto muy positivo en este momento de transición para ambas partes de la pareja.

Anticiparse o no anticiparse, esa es la cuestión

Los dos especialistas consultados coincidieron en el poder de la anticipación frente a la jubilación. Felix De Lillo mencionó que, “en la medida de lo posible, hay que ir preparándose, ya que van a venir múltiples cambios en lo económico, en lo social, en el desarrollo personal y en la sensación subjetiva de pérdida de status”. El psicólogo advirtió que “se necesita tiempo para acomodarse, para sentirse más a gusto y poder hacer aquello que nos quedó pendiente”.

Para Bernardini, esta preparación empieza en lo individual, por lo menos 10 años antes de la jubilación. “Prepararse implica fortalecer los lazos sociales, sentido de vida, planificación financiera, actividad física, salud. El indicador cualitativo de un buen retiro, de una buena vejez, de una buena segunda mitad de la vida es la salud. Por lo tanto, con la salud también te podés preparar”.

Y cerró: “Es importante validar los sentimientos, fomentar la autonomía, compartir actividades sin invadir, reconocer los logros, apoyar en trámites prácticos y respetar la necesidad de espacio y silencio. Hay que mantener vivo ese ecosistema social y, por otro lado, celebrar si se quiere considerar esta etapa como una oportunidad de hacer cosas que quedaron pendientes”.