Una orquesta organizó un concierto a beneficio del conservatorio de Bahía Blanca

La Asociación “Música en San Martín” organizó un evento benéfico el 3 de mayo para colaborar con los daños del Conservatorio de música de Bahía Blanca, causados por la inundación. La entrada era de $10.000 y lograron recaudar seiscientos mil pesos. Participaron músicos locales y bahienses en la orquesta.

“No sé bien cuáles fueron los daños específicos pero sí que perdieron muchos instrumentos, los tapó el agua. La idea era desde un primer momento no cobrar nada desde el teatro a los músicos y también logramos además de la recaudación de las entradas, conseguimos donar dos violines y una trompeta”, cuenta Arturo Olcese, el organizador del evento, junto con su hermana Gabriela Olcese, y tesorero de la fundación.

La obra fue presentada en el teatro de la Asociación de Música en San Martín, una entidad civil sin fines de lucro que se dedica a la promoción de actividades culturales, con un principal acento en la música instrumental y clásica pero también. La idea del evento surgió de Gabriela Olcese mientras charlaba por teléfono con Jeremías Petruf, violinista concertino de la Orquesta Sinfónica de Bahía Blanca, juntos la idearon.

La orquesta que tocó ese sábado era una de camara, lo que significa una reducción de una orquesta grande, en este caso tocaron entre 10 y 12 músicos en los que se encontraba Petruf, Lucas Brass, solista de violoncello de la Orquesta Sinfónica Nacional y María Eugenia Marchionni en piano. El repertorio incluyó piezas de Antonio Vivaldi, José Bragato y Astor Piazzolla. “Tiene violines tiene una viola, eh dos contrabajos, un violonchelo, una conformación chica pero que generó algo grande”, dice Arturo Olcese. Los músicos llegaron en su mayoría a través de Petruf, Olcese confirma que al ser chico el campo de las orquestas en Argentina, se manejaron con conocidos para la convocatoria, que se pusieron en o con Gabriela Olcelse. También participó la orquesta juvenil, la sinfónica juvenil de Buenos Aires, con la inclusión de tres chicos tocando: una violinista de 16 años y dos chicos de 18/19 años.

“Los espacios como los teatros y los conservatorios tienen una importancia muy grande que no está tan tratada como debería. Un chico que es instrumentista desde niño desarrolla un montón de habilidades y sensibilidades que no se cubren con ningún tipo de otra actividad. Los teatros y conservatorios contribuyen a eso porque el lugar donde un instrumentista joven o principiante se desarrolla y donde empieza a hacer sus primeras armas con el público, es un lugar de aprendizaje, tiene una una magia distinta”, comparte Arturo Olcese antes de confirmar que todas las recaudaciones ya están en manos del Conservatorio