Muy cerca de la Ciudad de Buenos Aires existe un rincón poco explorado, ideal para quienes necesitan un descanso sin alejarse demasiado. Es un pueblo donde el paisaje cambia: el cemento cede paso a caminos de tierra, el bullicio no existe y aparecen las sombras frescas de árboles. La propuesta es simple y tentadora: conocer el lugar, disfrutar de la tranquilidad rural y comer rico gracias a su gastronomía campestre.
Este lugar con alma de campo se llama Cortínez. Está ubicado en el partido de Luján, y aunque pocos lo tienen en el radar, se convierte en un plan perfecto para una escapada de día. Su historia, ligada al paso del ferrocarril, todavía se percibe en su pintoresca estación, que incluso guarda una particularidad que despierta la curiosidad de los visitantes.
Qué hacer en Cortínez: naturaleza, historia y tranquilidad rural
Fundado el 23 de mayo de 1888 a partir de la expansión del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, Cortínez es uno de esos lugares donde el tiempo parece haberse detenido. Su traza urbana es sencilla, con calles de tierra que invitan a caminar sin apuro, árboles añosos que dan sombra en los días cálidos y un paisaje dominado por el verde.
A diferencia de otros pueblos más desarrollados, acá todo conserva su carácter original: no hay turismo masivo, y eso lo convierte en una joya para quienes buscan experiencias más auténticas.
Entre los puntos de interés se destaca la Iglesia del Santo Cristo, construida en 1964, una pequeña capilla que se integra con el paisaje sin estridencias. También está la Escuela N.º 4, inaugurada en 1947, que sigue funcionando como parte del tejido social del pueblo.
El espíritu ferroviario sigue presente en la vida cotidiana. Aunque ya no circulan trenes con la frecuencia de antes, la estación de tren continúa siendo un símbolo de identidad local. Su fachada simple y el cartel con el nombre alterado despiertan siempre algún comentario o una foto para llevarse de recuerdo.

Dónde comer en Cortínez: restaurantes de campo y sabores caseros
Uno de los mayores atractivos de Cortínez es su propuesta gastronómica. El pueblo cuenta con varios restaurantes de campo, ideales para una salida de fin de semana. Se destacan por ofrecer platos criollos, generosos y con ese sabor casero que se perdió en muchos otros lugares.
Entre las opciones más recomendadas está Don Obayca, que funciona en lo que fue un almacén de ramos generales. El lugar conserva buena parte de su estructura original, con estanterías de madera, utensilios antiguos a la vista y detalles que remiten a otros tiempos.
La carta es breve, pero contundente: empanadas caseras, asado, pastas rellenas y postres clásicos como flan con dulce o budín de pan. Todo preparado con productos frescos y sin vueltas.

Cómo llegar a Cortínez desde la Ciudad de Buenos Aires
Llegar hasta Cortínez desde CABA es sencillo. El viaje en auto demora aproximadamente una hora y media por la Autopista del Oeste (Ruta Nacional 7), hasta llegar al cruce con la Ruta Provincial 192, desde donde se accede al pueblo. También se puede llegar en tren desde la estación Luján, combinando con algún transporte local o taxi hasta el destino final.
Es un plan ideal para una salida de día, aunque quienes deseen quedarse pueden consultar por hospedajes rurales o casas de familia en la zona.
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