En 1869, en plena etapa de organización institucional, la Argentina no se parecía en nada al país que conocemos hoy. La distribución de provincias era de otra manera, los límites internos y externos estaban en discusión, y algunas de las zonas que hoy forman parte del territorio nacional ni siquiera estaban incorporadas oficialmente.
Fue entonces cuando un senador presentó un proyecto de ley que proponía una redefinición total del mapa argentino. La propuesta apuntaba a ordenar los espacios que formaban parte del país y los que aún estaban bajo dominio o disputa. Los cambios que mencionaba eran radicales: Tucumán abarcaba más superficie, Santa Fe no tenía la forma de “bota”, entre otros.
Cómo era el mapa de Argentina que propusieron para dividir el país en 1869
El proyecto presentado por Nicasio Oroño se titulaba “Limitación territorial de las provincias de la República Argentina y demarcación de los territorios nacionales”, y reflejaba el caos geográfico que había en ese momento. Las provincias reconocidas eran menos y muchas otras eran solo "territorios nacionales", es decir, regiones istradas directamente por el gobierno central.
Entre los cambios más llamativos, se destacaba una Tucumán de gran tamaño, que ocupaba más superficie que hoy. Santiago del Estero era más chico, y Santa Fe no tenía la silueta de bota característica que la identifica actualmente. Tampoco existían provincias como Chaco y Formosa, que todavía eran parte del Territorio Nacional del Gran Chaco, una enorme extensión creada tras la Guerra de la Triple Alianza.
Además, el límite con Paraguay era otro: parte del actual noreste argentino era zona en disputa y luego fue cedido al país vecino. En cuanto a los países vecinos, Bolivia todavía contaba con salida al mar, lo que hacía que Chile fuera considerablemente más angosto.

Por qué la Patagonia no formaba parte del país en ese momento
Quizás lo más impactante de ese proyecto es que el territorio argentino terminaba en el río Negro. Todo lo que hoy identificamos como Patagonia, incluidas zonas como la Península Valdés o Bariloche, no figuraba dentro del país. Buenos Aires era, por entonces, la provincia más austral.

Este vacío territorial se fue completando hacia fines del siglo XIX con la creación de las gobernaciones nacionales. En 1872 nació el Territorio Nacional del Gran Chaco, en 1878 la Gobernación de la Patagonia (luego de la sangrienta Conquista del Desierto) y en 1881 se sumó la Gobernación de Misiones.
Así, el mapa argentino empezó a parecerse al que conocemos hoy, aunque todavía faltaban décadas para que esas regiones se transformaran en provincias.
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